Riassunto puntate in spagnolo

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  1. allodola29
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    CAPITULO 1
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    La llegada de Juan al hogar, es acogida con mucha alegría por su padre y por Andrés que admira la independencia de su hermano, sin embargo Doña Sofía considera una humillación que el joven viva bajo su mismo techo, por eso solo desea que éste se vaya cuanto antes. A los pocos días de su estancia el destino le deparará una cruel situación, Don Francisco queriendo reconocer a Juan como su legítimo hijo, sale de la hacienda y tiene un grave accidente que le impide cumplir sus deseos, cuando le llevan a su casa...muere. Entonces es Doña Sofía la que toma las riendas de la hacienda y de la familia, entre sus primeros mandatos está el de expulsar a Juan de su casa y despedir de su cargo de asesor a don Noel, también ha dispuesto que su hijo Andrés se case con Mónica, hija mayor de su prima Catalina, esta mujer aristócrata venida a menos, trata con muchísimo esfuerzo de seguir la vida de opulencia que tenia antes de enviudar, por eso recibe con tanta alegría la idea de Doña Sofía, aunque se preocupa por el futuro de su otra hija Aimée.
    Pasan 15 años en los cuales Mónica, Aimée, Andrés y Juan se convierten en jóvenes muy diferentes: Mónica es una chica voluntariosa y trabajadora su educación ha estado basada en prepararla para ser la esposa perfecta de Andrés, Aimée es el contrapunto a Mónica, su carácter fuerte y alegre hacen de ella una mujer sin preocupación alguna por los prejuicios propios de la clase en la que viven, y ha descubierto lo que pueden conseguir los encantos de su sexo en los hombres. Andrés se ha convertido en un apuesto caballero que ha terminado su formación militar, haciendo gala de unos modales exquisitos propios de su clase social. Por su parte Juan se ha hecho un atractivo hombre, pero temido y respetado por todos hasta el punto de que es conocido como Juan del Diablo. Apartado de las ventajas que supondría vivir con la comodidad de su clase, Juan ha tenido que apañarselas solo en la vida, entre peleas y engaños ha aprendido a tener un espíritu rebelde y salvaje que le hace adorar dos cosas: El Satán, su barco, y a sus amigos. Aimée tiene un capricho: quiere realizar una viaje por Europa, y su madre Doña Catalina, dispone lo necesario y logra reunir el dinero para cumplir con esa voluntad de su hija, alli la joven gasta su dinero en lindos vestidos para acudir a las muchísimas fiestas a las que la invitan, en uno de estos eventos, conoce Andrés que se queda prendado de la belleza de la joven, que aún a sabiendas de que es el prometido de su hermana, no tiene el menor reparo en seducirlo y atraparlo irremediablemente entre sus redes, el joven loco de amor olvida pronto su compromiso con la dulce Mónica. Esta por su parte está preparando durante años su enlace matrimonial, y se va forjando unas grandes ilusiones en su futura vida, sueña con ello y eso la hace evadirse de la realidad. Pero poco se imagina Mónica lo que le depara el destino, ya que su hermana consciente de la mella que ha creado en el joven, parte rauda para la hacienda conocedora como es de que Andrés seguirá sus pasos y la pedirá en matrimonio. Al llegar no dice ni una sola palabra sobre sus andanzas en Europa, la astuta joven deja que su hermana siga con sus ilusiones y preparativos mientras que ella se dedica a corretear libre.... Es en uno de estos paseos cuando conoce a Juan del Diablo, sin miedo alguno al joven ni pensamiento al recato que debe por lo menos aparentar una jovencita de su clase, entabla con Juan una conversación que incita al galanteo a Juan. Mientras en la casa Doña Sofía ha dispuesto todo para que sea Andrés el que tome las riendas de la familia y de la hacienda. A su llegada el joven lo primero que dispone es que no se casará con Mónica porque se ha enamorado de otra mujer, su madre pone el grito en el cielo pero poco puede hacer más que ir a casa de Catalina y comunicarle el cambio de planes entre sus hijos. Catalina toma la noticia con tristeza infinita pero Mónica lucha porque no llegue a salir una sola lagrima de sus ojos, resuelve esta situación de la forma que sea más digna para acallar el daño socialmente que esta acción les puede causar a todos: ingresará en un convento...así con esta decisión acallará los inconvenientes sociales de una boda tan anunciada como esperada, este será el único motivo que se dará. Pero su madre no está de acuerdo en esta decisión y ruega y suplica a su hija que no lo haga, aunque nada puede hacer ante la férrea voluntad de Mónica, que tras este duro golpe ha desarrollado una fuerza interior más grande de lo que nadie pudiera imaginar. Lo que nadie puede imaginar quien es en realidad la dueña del corazón de Andrés que tras un tiempo prudencial confiesa que se va a casar con Aimée, lo que no sabe el chico es que su adorada prometida está teniendo un tórrido romance con su hermano Juan. Ha conocido su barco, sus amigos, todo lo concerciente a Juan lo sabe Aimée, y no duda en entregarse a momentos ardientes con el bravo pirata.


    CAPITULO 2
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    Cuando Andrés pide la mano de Aimée, doña Catalina no puede reprimir un gesto de espanto al pensar en el dolor que sufrirá Mónica cuando se entere de quién ha sido la ladrona de su amor, su propia hermana, pero no tiene más remedio que aceptar la situación ya que es una forma de asegurarse la maltrecha situación económica en la que se encuentran. Por su parte y tan enamorado como Andrés ha caido Juan, que conversa con Don Noel para hacerle partícipe de sus intenciones de ir a buscar fortuna para ofrecérsela a su futura esposa Aimée cuando vuelva, poco imagina el joven que su amada ya está prometida y es a su propio hermano. Mientras la madre de Mónica pide a Don Domingo (el cura) que obligue a Mónica a salir del convento para reafirmarse en su tentación de ser monja, aún con los hábitos, Mónica regresa a su casa donde sufre la humillación de tener que participar en los preparativos de la boda, pero una noche ve salir del cuarto de su hermana a un atractivo joven a quien todos llaman el pirata, Mónica no da crédito a sus ojos, pero mucho menos a la sonrisa que tiene su desvergonzada hermana. Un día Mónica decide dar un paseo por el acantilado para calmar su dolor y poner en claro sus ideas, tan es así que piensa que solo con dar un pequeño salto acabaría con sus penas....pero un terrible apretón del brazo la sujeta con tremenda fuerza, sus ojos se clavan en los de Juan del Diablo, que se queda petrificado de que una joven tan bella piense en quitarse la vida, Mónica asustada huye hacia su casa. Días más tarde Juan ya lo tiene todo dispuesto para su partida y se despide de su amada, que jura esperarle para casarse con él, no obstante todo es mentira y su boda con Andrés sigue en los planes de la malvada joven. Un problema en la hacienda con los trabajadores acaba con el despido del capataz Bautista que amenaza a la madre de Andrés con publicar una carta que escribió su esposo antes de morir y en la que asegura que Juan el Diablo es su legitimo hijo. La mujer temiendo esto, le pide a su hijo que recapacite sobre el despido pero no lo consigue, Bautista acude a Guadalupe Cajiga madamme de una casa de prostitutas para que le guarde la carta.
    La inteligencia que tiene Juan le hace conseguir hacerse un hombre muy rico, sólo unos meses después de su partida regresa a la ciudad cargado de regalos y su corazón repleto de dicha pensando en su próximo matrimonio con Aimée. Pero su vuelta a casa no es tan dichosa como el pensaba, dos de sus mejores amigos están desaparecidos, Juan con la valentía que le caracteriza dice que el se encargará de encontrarlos. También le dan la noticia de que su hermano Andrés se ha casado, pero Juan no presta atención hasta que descubre quien es la esposa de su hermano, entonces su furia se desata, pero su experiencia le dice que sea cauto, que la venganza se sirve en plato frío. Cuando se dirige a la ciudad, al primero que se encuentra es a su hermano que dichoso del encuentro le pide que trabaje en la hacienda como capataz, Juan accede con la idea de que podrá vigilar a Aimée muy de cerca. Poco tiempo tarda la joven desposada en encontrarla, es tal el impacto que se desmaya a causa de los nervios, también Mónica que sabe de los amoríos de su hermana es presa de los nervios por la situación, este y no otro es el motivo por el cual Mónica busca a Juan para pedirle que guarde secreto, de nuevo ante él, la mujer a la que le salvó la vida, y que ahora sin los hábitos le descubre ante si una belleza sin igual, pero tan herido como está se pregunta si no será tan falsa como su hermana, pero le promete callar aunque está dispuesto a reparar el desagravio. La que más sufre es doña Sofía porque cada vez que mira a Juan ve la imagen de su difunto esposo, con el que Juan tiene un gran parecido físico, esto le produce un miedo atroz a la señora ya que es la prueba más evidente de que Juan es hijo del señor Alcázar, cosa que a Juan le enorgullece cada vez que ve el rictus de la boca de la señora. Como capataz de la hacienda es invitado a cenar en la mesa con todos, por esos dias llega a la casa Alberto, un malvado hombre que será el aliado de Doña Sofía para combatir a Juan. Alberto en medio de la cena dice que los pobres deben seguir existiendo para que los ricos puedan disfrutar de la vida, pero Juan no soporta oir eso, y rebate sus palabras con un discurso que escandaliza a las egregias damas, a la única que le gustan las palabras de Juan es a Mónica que piensa que quizás esa dureza que desprende Juan solo sea una coraza que cubre un enorme corazón, Juan la mira luchando por no enamorarse de ella, y se repite continuamente que puede ser falsa como su hermana, y que no volverá a confiar en otra mujer. Doña Sofía se dedica a ir despidiendo de la hacienda a cuanto peón pueda reconocer en Juan el rostro de su marido, pero Juan que se entera de la acción de la mujer la amenaza con contarle la verdad a Andrés. Mientras Aimée ya ha recobrado su locura de siempre y se dedica a perseguir a Juan por la hacienda pero él altivo y orgulloso le dice que la desprecia y que no tiene nada que hacer frente a la belleza y dulzura de su hermana, lo cierto es que el sabe que está diciendo la verdad, el secreto que tienen Mónica y él, les ha unido más de lo que el quiere reconocer y la relación de ellos dos se hace más estrecha a media que pasa el tiempo, sus paseos son más frecuentes, donde hablan de sus vidas y costumbres, Mónica por su parte se siente muy cómoda revelándole sus secretos a Juan. Por su parte Aimée se esfuerza por fingir amor a un hombre al que no ama ni desea con la misma medida que deseaba al pirata, y ve con envidia los paseos que su hermana da con Juan. Doña Sofía que también se ha dado cuenta de esta amistad que sienten los jóvenes le hace una proposición a Juan que lo deja pensativo y con un brillo especial en sus ojos (ya le habia propuesto una fuerte suma de dinero a lo que el pirata se reia en su cara), ahora le propone ofrecérle a Mónica como esposa.


    CAPITULO 3
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    Entre tanto Mónica encuentra a Azucena malherida y olvidando los reproches que le van a hacer su familia, se lleva a la joven hasta la hacienda, y lo dispone todo para que la instalen en una de las habitaciones de la casa, allí Mónica cuida y limpia las heridas de la chica, Juan que se ha enterado de lo ocurrido a su amiga y protegida Azucena corre hacia la estancia, y allí con orgullo y admiración como Mónica la está cuidando. Juan en un sincero gesto de agradecimiento toma las manos de Mónica y las besa con una suavidad y delicadeza que logran ruborizar a la joven, este gesto no pasa inadvertido para Juan que cada vez más se convence de que no hay nada en común entre las dos hermanas. Nadie como Aimée tiene tantas ganas de que Azucena se desaparezca, ya que la chica sabe de sus relaciones con Juan, y cuando Azucena gracias a los cuidados que le prodiga Mónica logra abrir los ojos se encuentra con su adorado Juan, pero también ve a Aimée, la forma en que mira Azucena a Aimée, no pasa inadvertida para Doña Sofía que le pregunta cual es la causa para tanto desprecio en esa mirada, la forma en que la señora trata a Azucena es la causa de que la chica brote todo el odio y rabia que siente, y cuente de una vez por todas los amores de Aimée y sus correrías. Una tempestad se cierne sobre la casa, cuando Doña Sofía encuentra a Aimée, la abofetea, y la insulta hasta tal punto que sus gritos son oidos por todos, incluso llega a insultar a su prima doña Catalina culpandola de saber todo y no decirselo, tampoco Mónica escapa a los insultos y gritos de una furiosa Sofia , que aún tan nerviosa se da cuenta de que lo que más dolería a su hijo es saber la clase de esposa que tiene, por esto la mujer prefiere mantener a su hijo en la ignorancia de la situación. Pero Juan aprovecha esta circunstancia para reclamar los apellidos de su padre, ya que sino....le contará a Andrés todo, es lo único que le faltaba a Sofia pero que sabe que Juan es muy capaz de cumplir sus amenazas. Mientras Andres no le importa que Juan lleve sus apellidos porque siempre le consideró su hermano, si se molesta por la relacion que Mónica mantiene con el, esta se escandaliza y dolida le dice que no puede creer que el piense eso de ella cuando solo es una bella amistad, pero al tiempo piensa que la unica forma de que su hermana se aleje de Juan para siempre es casandose ella con el, en el fondo Mónica siente un cariño por Juan, por lo que según las costumbres de la epoca y siendo Andres el unico varon de la familia le pide su permiso para casarse con Juan, pero Andres no esta por la idea ya que tenia en mente casar a su cuñada con su amigo Alberto, pero finalmente consiente, presionado por la madre de Mónica. La chica aunque está contenta por el permiso, se angustia pensando como será su vida al lado del pirata. Aimée que sufre el mismo dolor que no hace mucho infligió a su propia hermana, intenta deshacer el futuro matrimonio, tambien Azucena que está enamorada de Juan lo intenta, además para Aimée las relaciones con su suegra la están volviendo loca y su angustia crece por dias, por eso pide a su esposo permiso para poder ir a vivir unos dias con su madre, su esposo tremendamente enamorado deja que Aimée siempre se salga con la suya a costa aún de darle un disgusto a su madre, también Mónica sabe a lo que llega su hermana, pero está dispuesta a defender con uñas y dientes lo suyo, ya que se está dando cuenta que si pierde a Juan le causaría un enorme dolor. También Juan está cayendo en las redes del amor, Mónica no se parece a ninguna de las mujeres que ha tenido y por eso es capaz hasta de pasar por los sacramentos de la Iglesia a petición de su prometida, por ello la joven emocionada piensa que estará muy feliz al lado de Juan que se desvive por ella.

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    CAPITULO 4
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    A medida que se va acercándo la fecha de la boda, los jóvenes van intimando cada vez mas, pero Aimée no sabe como impedir esa relación, aunque el pirata no quiere saber nada de ella, y las personas que le conocen se quedan asombrados de los sentimientos que demuestra Juan, pues aunque le conocian su nobleza de corazón también sabian de la brusquedad de sus formas. Incluso su joven prometida enmudece de ternura cuando al ir a despedirse un dia, Juan en vez de tomarle su mano como de costumbre, se acerca a ella y le acaricia los labios, dejando a la joven con un sabor delicioso en su interior....
    Aimée aprovecha cualquier forma y modo para meter cizaña a la joven, pero esta aunque por dentro se muere de angustia pensando, le dice que confía en el amor y la dulzura de Juan, y que aunque ella sea una joven inexperta en el amor, confia en él. Aimée le dice que ella sabe como es Juan en ese terreno tan íntimo....Mónica no resiste más y huye del lugar, en la puerta se encuentra con Juan, que ha ido a visitarla, pero ella intenta escapar, no quiere que la vea llorando, Juan la agarra y la lleva con suavidad al jardín, alli tiende su chaqueta en el cesped y la insta a sentarse encima, así juntos Juan saca las lagrimas de la joven que termina por contarle lo que su malvada hermana le ha dicho, Juan le promete que hará de ella la esposa mas feliz del mundo y que se esforzará por darle una vida tranquila.
    Por mucho que Aimée lo intentó no logró que se rompiera esa unión que un dia por fin llega para Monica, camina del brazo de su cuñado Andrés hacia el altar donde la espera nervioso su futuro esposo Juan, y donde el cura sella para siempre su unión. Mientras se despiden de amigos y familiares comprueban las caras de ellos, algunas como la de Aimée y la de Alberto no pueden engañar a los recien casados aunque están tan felices que no prestan importancia a esto.
    En su nueva casa Mónica espera que su esposo despida a sus amigos, mientras recorre con su mano el dosel de su cama. Su esposo le habla de amor, y le dice que no se inquiete que la noche que les espera puede ser la más hermosa entre dos seres que se aman...en efecto para la joven es una noche llena de una dulzura y una pasión desconocidas para ella, hasta que se despierta con una sonrisa en sus labios, la misma sonrisa que tiene Juan que duerme abrazado a ella. Mónica se levanta y se va al salón dónde recibe un beso en su cuello que la llena de dicha, Juan se había levantado veloz y la abraza y besa con una ternura infinitas.

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    CAPITULO 5
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    Azucena es convencida por Aimée de que se alíe con ella para apartar a los jóvenes esposos, y en esta trama es contratada por Mónica, por ello introduce un cuadro entre las ropas de la joven esposa a sabiendas de que ese retrato traerá malas consecuencias entre la pareja. Juan descubre el retrato de Andrés entre las ropas y no tarda en ir en busca de su joven esposa que le recibe con una sonrisa que se congela cuando ve las increpaciones de su esposo que la llama adúltera y la acusa de ser peor que su mentirosa hermana....
    Mónica rota de desesperación intenta calmarse y le pide que le explique que ha pasado, pero Juan no atiende a razones y se marcha de la casa...Mónica se dirige a su habitación para saber que ha pasado, pero lo descubre rápido en cuanto ve el cuadro, dispuesta a aclarar las cosas sale en busca de su esposo, que imagina encontrará en la taberna hasta allí va y aunque el dueño le intenta impedir que entre en la habitación una Mónica decidida empuja la puerta para ver con horror que su esposo borracho está en brazos de otra mujer....tan rápido como entró Mónica huye rota de dolor y envuelta en lágrimas, se refugia en Don Noel que triste escucha el relato de la joven esposa.
    El abogado va en busca de Juan al que increpa con dureza, y le cuenta la verdad, pero el pirata prefiere abandonarse al odio a confiar en una mujer a la que ha conseguido amar con locura y que podría destrozarle el alma si se fuera. Alli le deja D. Noel, pensando en el amor tan grande que le tiene a Mónica, mientras la joven lucha contra las ganas que tiene de volver a la taberna a por su esposo, finalmente Juan recapacita y vuelve a casa, pero dolida Mónica se aleja de él y va a su habitación, dónde le jura a su esposa que no hizo nada con la mujer que estaba, pero se queda helado cuando su esposa se muestra tan decidida y le recrimina que crea primero las afirmaciones de terceros que en ella, y que fuera capaz de traicionarla con la primera mujer que se cruza en su camino. Con el mismo ímpetu que ella le ataca, Juan se defiende y le pide una buena razón para confiar en ella y lograr apagar sus celos, y por primera vez Mónica le grita que le ama y que jamás había amado de esa forma a nadie ni siquiera a Andrés, que a ella le inculcaron ese amor de pequeña pero que lo que siente ahora es una pasión verdadera, que sin él no podría vivir.
    Juan siente que sus defensas se le derrumban, que no tiene fuerzas para luchar contra sus sentimientos que son más fuertes que su razón, y ruega a su esposa que no le traicione nunca, que su desamor seria su condena, le pide que le perdone que no hubo nada entre él y la mujer de la taberna, una Mónica emocionada por la sinceridad y el amor de su esposo se aferra con pasión a su cuerpo, el pirata responde limpiando las lágrimas de su rostro, besándola con pasión y se jura no volver a permitir que nada ni nadie se interponga entre los dos.
    Los dias siguientes transcurren como una verdadera luna de miel para la pareja que disfruta de jornadas de paseos y visitas al Satán dónde el pirata le promete futuros viajes para buscarle la luna si ella la desea.. más pronto de lo que ellos lo desean, Juan debe partir de viaje de negocios, y Mónica se despide de él con la mayor entereza que puede, antes de marcharse se besan con la pasión que solo dos amantes que deben separarse son capaces de poner.....
    Mónica espera ilusionada la vuelta a casa de su amado mientras Aimée enferma de rabia porque se ha dado cuenta de que ha perdido al hombre que ama mientras se siente prisionera al lado de un hombre al que ella maneja a su antojo y que no ama. Aunque la vida con su suegra es un campo de hostilidades, ha encontrado un aliado: Alberto con el que hace un pacto de palabra.
    Por su parte Mónica está soportando los desplantes de Azucena, la chica que está embarazada a consecuencia de la violación que sufrió, se hace ilusiones diciendo a Mónica que el hijo que espera es de Juan y toda su frustración la vuelca en la joven esposa que se queda helada al oir tales acusaciones pero que por fuera muestra templanza al decirle a Azucena que deje el tema hasta que puedan ir a un médico. Cuando el médico les confirma el embarazo, Mónica se siente terriblemente mal, y cuida hasta la saciedad a Azucena creyéndola víctima de la pasión de Juan.
    El joven pirata se esfuerza por terminar cuanto antes todo el trabajo para correr a los brazos de su amada esposa, poco puede imaginar que el secreto de sus amoríos con Aimée han llegado a los oídos de Guadalupe Cajiga, propietario de un prostibulo que aprovecha la ocasión para chantajear a Aimée, Guadalupe le envia una carta en la que le relata con todo lujo de detalles sus amoríos con el pirata y a cambio de su silencio exige una fuerte suma de dinero, pero esa carta no llega a Aimée, sino que la toma su esposo Andrés, a medida que la va leyendo el joven y despechado esposo va sintiendo como la rabia y la humillación se apoderan de su noble alma, con el corazón destrozado y partido en dos Andrés corre a buscar a su esposa a la que profiere toda clase de insultos hasta llegar a tomar su cuello con sus manos en un acto de desesperación, Aimée intenta zafarse como puede de la cólera de Andrés y grita asustada, hasta que Alberto logra separar a la joven esposa de Andrés que ahora llora desconsolada en brazos de su madre. Andrés deja en esos momentos de ser el joven dulce, y noble que siempre ha sido para entre trago de alcohol y trago, volverse un ser mezquino y malvado que jura venganza y amenaza con matar a su hermano, al que no puede ver como una víctima más de las tramas de Aimée.
    Pasados los primeros momentos, Aimée siente liberación, ahora solo espera que su esposo pida el divorcio para poder correr a los brazos de su amado pirata, mientras Mónica intenta que Andrés recapacite y comprenda que Juan no sabía que Aimée estaba comprometida con él, pero el joven despechado no la cree y piensa que lo está encubriendo para evitar una desgracia. Lejos está la joven y enamorada esposa de pensar en que tipo de desgracia le puede sobrevenir, cuando Guadalupe se alía con gente de su calaña para tender una trampa al pirata, los malvados hombres han preparado un cargamento de armas y asesinan a un hombre culpando de todo ello a Juan, asi que en cuanto éste pone un pie en el puerto es arrestado por la policía y conducido a prisión.
    Mónica llora desconsolada al oir la noticia pero ni todas las súplicas de la joven esposa, ni las peticiones de Don Noel sirven para que el jefe de la cárcel: Espínola permita que Mónica pueda ver aunque solo sea un instante a su amado esposo.
    Pero no se trata a todos por igual, y Aimée se sale con la suya para lograr ver al pirata, la joven usa sus armas de mujer para lograr que Espínola la deje entrar pensando que le "devolverá el favor en forma de noche apasionada".
    Aimée aprovecha la situación para desprestigiar a su hermana delante de un derrotado Juan, que aunque intenta defender a su esposa, siente que las palabras de Aimée hacen mella en sus pensamientos. Teme que su esposa le haya olvidado y que sienta desprecio o vergüenza hacia él. Un día tras otro Juan se despierta con la idea de que su esposa irá a visitarle, y un día tras otro siente la desilusión de ver que no va. Entre las cuatro paredes de la prisión Juan se desespera y su único consuelo son las visitas que le hace Don Noel, al que le ruega que trasmita a su mujer, sus mensajes de amor. Por su parte Mónica va día tras día a la cárcel con la esperanza de que la dejen entrar aunque sólo sea unos minutos, pero con tristeza comprueba que para ella no hay entrada, mientras que Aimée se pasea por allí como si fuera su propia casa, ganándose los favores del jefe de la cárcel.
    Mónica también acude a Don Noel en busca de consuelo y le trasmite palabras de amor para su esposo, los dos saben que es una trampa para Juan, lo malo está en demostrarlo, Don Noel confia en que el juez sea un hombre justo y noble, y sepa ver la verdad.
    Mónica no aguanta más y va a llorar desconsolada a los brazos de la que hasta hace poco tiempo era su madre superiora en el convento, la buena mujer al escuchar el noble corazón de Mónica desgarrado decide que tiene que ayudarla, para ello va a hablar con Espíndola exigiendole que permita al preso recibir consuelo religioso y algo de comida, de manos de una de sus monjas, así y vestida con sus antiguos hábitos, Mónica baja las escaleras hacia el cuartucho donde tienen encerrado a su esposo.
    Los ojos de Juan se llenan de lágrimas y emoción cuando la descubre, y aunque tienen los fríos barrotes de la cárcel por medio, se abrazan y se besan con mucho amor y gran desesperación por todo lo que están padeciendo, pero en su corazón hay serenidad porque están seguros de su amor, Mónica le asegura que su amor está por encima de todo, y le asegura que nadie la hará dudar de su amor.
    Juan por su parte está feliz viendo a lo que ha sido capaz de llegar su esposa por llegar hasta él, ahora su condena será más llevadera pues en su corazón está su dulce esposa.
    También Andrés puede entrar sin problemas en la prisión y le espeta a Juan que ahora que se va a divorciar, se casará con Mónica y que él no podrá impedirlo ya que esta preso, Juan grita, le advierte, le ruega, pero no puede hacer nada ante un Andrés herido y sarcástico que solo atina a reirse a carcajadas mientras abandona el lugar. Alberto le propone una trampa a Sofía, hacer un plan para hacer desaparecer a Aimée y Juan, para ello tienen que convencer a la esposa de Andrés de que van a ayudarla a escapar con Juan, así los dos embarcarán y cuando estén lejos, el barco estallará en mil pedazos.

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    CAPITULO 6
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    Don Noel por su parte intenta tranquilizar a la dulce Mónica y le dice que tienen un plan para poder sacarlo de allí, la joven aunque teme que algo le pueda suceder a su amado, prefiere saber que está libre ya que un alma acostumbrada a la naturaleza y los espacios abiertos, podría llegar a consumirse si tiene que estar durante mucho tiempo entre cuatro paredes sucias y malolientes. Con gran asombro Don Noel escucha de labios de Mónica que lo disponga todo para meterla a ella también en ese plan, sin pensar en los miramientos sociales la joven sólo piensa en huir con su esposo, a requerimientos del abogado, Mónica solo le dice que ella es la esposa de Juan, y que su deber es estar con su amor en lo bueno y en lo malo, Don Noel no puede dejar de sentir admiración por esta bella joven.
    En cambio Doña Catalina pone el grito en el cielo y prohibe a su hija hacer semejante aventura, Mónica que siempre habia acatado las órdenes de su madre, le dice que ni siquiera ella podrá frenar su idea de irse con su esposo.
    Juan no ve el dia de su liberación, intenta mantener una cabeza fría y los nervios de acero que está lejos de sentir ante la idea de poder volver a abrazar a su esposa, los amigos de Juan montan guardia esperando el momento propicio mientras que el Tuerto ha logrado abrir la puerta del sótano donde está su amigo Juan, pero hay algo con lo que no cuentan, en ese preciso instante llega Aimée a la cárcel intentando ver a Juan, pero esta vez no le resulta tan fácil ya que el jefe de la prisión ha decidido que es hora de cobrarse sus favores y abraza a Aimée con la intención de que la joven sea "cortés" con él.
    Mientras están en plena huida,cuando estaba a un sólo paso de su liberación, Juan oye los gritos desesperados de su cuñada y aunque la aborrece su corazón no es capaz de dejar a una mujer en peligro e irrumpe con fuerza en el despacho del jefe de prisión, este viendo que Juan está liberado, toma un arma y le dispara, Juan se echa mano a su estómago y sólo acierta a doblarse sobre su cintura y caer desplomado, Espínola vuelve a empuñar su arma, pero esta vez cae fulminado por un disparo que le propina el Tuerto, inmediatamente y antes de que los guardias de prisión sepan que ha pasado, el fuerte amigo del pirata lo carga en sus hombros y se aleja del lugar, con ellos corre Aimée.
    La herida que Juan tiene es muy grave e impide que éste pueda viajar, por lo que les cambia todos los planes, Aimée advierte a todos que si no la llevan con ellos, les dirá a todos los enemigos de Juan que el hombre está vivo, por esta razón y ante la amenaza de la joven, los amigos de Juan deciden llevar con ellos a la obstinada joven, pues ante todo quieren saberlo seguro. Por ello planean decirle a todo el mundo que Juan ha muerto y usan los planes que sabian que tenia Alberto para su amigo, en su propio beneficio, para ello lanzan al mar el barco de Juan, y lo disponen todo para que estalle en mil pedazos una vez haya zarpado.


    CAPITULO 7
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    Asi le llega la noticia a la dulce Mónica cuyo corazón se rompe de la misma forma que se hunde el barco de su amado esposo, no quiere ni imaginar un futuro sin su esposo, ahora que habia conocido el amor y la pasión, mil imágenes se le vienen a la mente a la joven, su boda, su encuentro, su noche de bodas, la dulzura de su esposo, llora desconsolada sabiendo que ahora sólo esos recuerdos formarán parte de su vida, jamás habrá ella otro hombre El bueno de Don Noel sufre lo indecible por no poder decirle la verdad a Mónica, sobre todo cuando la ve que es incapaz de seguir luchando, consciente de que ha dejado un hogar desolado por la desgracia, sólo le queda el consuelo de que el juez que le juzgue sea justo para que Juan pueda volver "a vivir", pero las desgracias nunca vienen solas y Don Noel se horroriza cuando ve que el juez es Marcelo Vargas un hombre que le odia a muerte ya que Don Noel en el pasado tuvo un idilio con su cuñada Amanda fruto del cual nació una niña llamada Mariana.
    Mientras Mónica se consume en vida, y no quiere apenas ni comer, Amanda fingiendo que no siente nada por Don Noel, busca información y descubre feliz que el hombre que amó no se ha casado y que por tanto no la ha olvidado.
    Un comentario de Azucena despierta el letargo en el que está sumida Mónica, la criada habla como si Juan estuviese vivo, y aunque inmediatamente Mónica le insta a que le cuente, la muchacha se esfuerza para hacerle creer que ha sido una equivocación, pero Mónica se dirige hacia la taberna a hablar con el tuerto que se vuelve loco ante tanta pregunta y solo acierta a decirle que vaya a hablar con Don Noel, lo que no sabe la joven es que su esposo está viviendo un calvario que lo mantiene entre la vida y la muerte, su fiebre es altísima y ni los remedios de Tehua ni las oraciones de sus amigos son capaces a bajar, Aimée aprovecha esta postración para verter sus más envenenadas palabras encontra de su hermana, le dice al pirata que su esposa está a punto de casarse con Andrés ahora que se cree viuda, Juan está demasiado débil como para defenderla, pero esas palabras unido a su debilidad le caen como losas en su pensamiento.
    Aunque Tehua no le quita ojo a Aimée pues la recuerda como la joven que acudió a ella en busca de un remedio "para una amiga" que no queria quedarse embarazada, una noche Aimée aprovecha para acosar al pirata, sin apenas ropa la joven se tumba a su lado y comienza a acariciarlo, entonces el pirata se da media vuelta y la desprecia gritándole que entre ellos jamás habrá nada, que su corazón pertenece a Mónica y que es la única mujer a la que ha amada de verdad. Aimée furiosa y herida, acude a Tehua para pedirle que le prepare un brebaje que haga caer rendido a sus pies al joven pirata, Tehua se niega rotundamente diciéndole a Aimée que ella sabe muy bien la causa de la desesperación de la joven: está embarazada de Andrés y pretende pasar una noche con el pirata para hacerle creer que el hijo es suyo.
    A medida que Mónica va sospechando que su esposo puede estar vivo, su vida se convierte en una agonía, por un lado la alegría de pensar que pueda estar con vida, y por otro la angustia de imaginarle con su hermana Aimée. De este modo la joven comienza a vender todas las propiedades de Juan, para: si está muerto de verdad ella no desea nada de él, pero si esta vivo, esto le hará volver para no perderlo todo, es más, incluso vende su barco "El Satán" a Andrés que lo compra para vengarse de su hermano. Doña Catalina planea junto a Andrés dejar que pase un poco de tiempo para que Mónica se case con él, a la que piensa convencer de que es un hombre íntegro y honrado, aunque la joven sólo vive esperando un indicio de que su esposo esté vivo. Por su parte Don Noel, ve como los fantasmas del pasado vuelven a su vida, al ver a Amanda recuerda cuando él era un pobre abogado y la familia de ella le consideraba muy poco para ella, por este motivo la enviaron lejos así arreglaron el matrimonio de Amanda con el hermano de Marcelo, al que no le importó que ella estuviera embarazada de Don Noel, en estos pensamientos está el abogado cuando le interrumpe Mónica que con lágrimas en los ojos le ruega que le diga la verdad, llevado por la compasión que le produce la joven esposa, el abogado le confirma que su esposo vive, pero su felicidad no conoce límites cuando le confirma que Juan jamás le fue infiel, y que no quiere tener nada con Aimée, todo esto se lo corrobora con una carta en la que Juan pide a un amigo que busquen a su esposa para tranquilizarla y hacerle saber que está intentando recuperarse para poder verse aunque sea a escondidas de aquellos que sólo desean el mal de la pareja...La joven estrecha la carta sobre su pecho, y agradece infinitamente al abogado la alegría que le ha dado, pero su dicha es más fuerte que la prudencia y corre a contárselo a su madre, que entre asombrada y apenada maldice la suerte del pirata, pero Mónica cuyo único deseo es estar en los brazos de su esposo no hace ni caso a su madre.

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    CAPITULO 8
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    Juan pide ayuda a Tehua, ya no aguanta más sin ver a su esposa, sin saber que siente ella, tiene miedo de tantas y tantas cosas que Aimée le ha dicho, la mujer se apiada del marino y le da una brebaje a la joven para dormirla y así Juan pueda salir sin temor a las amenazas de su cuñada.
    Doña Catalina sigue insistiendo pero Mónica resuelta, le advierte que nada ni nadie la van a separar de su esposo, y a pesar de los gritos de su madre, la joven sale del cuarto para entrar en su recámara dando un portazo.
    La joven en su tocador se gira para dejar su sombrero y a su espalda oye una voz que pronuncia su nombre...
    es la voz que tanto añora, la voz del que una vez creyó muerto, que ahora está tan cerca de ella, no se atreve ni a moverse por miedo a que sea un sueño o producto de su imaginación, tal es la alegría de la joven, cuando se vuelve le ve, Juan, su Juan, su pirata perdido que vuelve a sus brazos, Mónica siente que el corazón le va a estallar, pero es incapaz de moverse, tampoco Juan lo hace, temen que se rompa ese momento tan mágico entre los dos, por fin Juan vuelve a llamarla, Mónica se arroja a sus brazos le abraza tan fuerte que pareciera que son una sola persona, así están un rato, solo abrazados, sintiendo el calor que hacia tanto tiempo no tenían. Mónica por fin despierta de ese sueño y le acosa a preguntas sin dejar de abrazarlo, pero Juan le dice que luego hablarán, ahora el momento es de los dos, sólo de ellos dos, y sólo la besa una y otra vez con pasión, tanta que Mónica tiene que dejarle un segundo para cerrar la puerta de su habitación con cerrojo, en un acto de salvaguardar esa intimidad que necesita la joven y enamorada pareja, pero cuando se da la vuelta, ve a su esposo apoyado en la mesilla de noche, lo que la asusta e insiste en ver su herida, Juan le ruega que deje eso, que la mejor medicina que tiene es poder estar a su lado, pocas veces se vio un pirata tan romántico y enamorado, Mónica se tumba a su lado, y le abraza, Juan con delicadeza le levanta la barbilla, quiere ver los ojos de su dulce esposa, y que ella vea en los suyos todo el amor que siente en ese momento. Más tranquilos Juan le confirma que jamás tuvo nada con Aimée, que desde que ellos se casaron jamás le fue infiel y que no habrá más mujer para él que no sea su amada esposa. Mónica le ha embrujado con su dulzura y le corresponde con igual pasión, lo que provoca en el pirata la paz que éste necesitaba. Con la tranquilidad y sosiego que da el pasar un rato en brazos del ser amado, Mónica se preocupa de la herida de Juan, al que cura con mimo hasta que se queda dormido, Mónica vela su sueño con felicidad, hasta que ve a uno de los hombres de su amado pirata en el balcón, ella sale y le dice que vuelva mañana que ahora necesita descansar, y ella le necesita allí. Cuando el alba anuncia la llegada de un nuevo día, los jóvenes esposos comprenden que ha llegado el momento de despedirse de nuevo, con el corazón destrozado Juan le explica a su esposa que tiene que irse, sobre todo ahora que saben que Aimée ha vuelto con su madre y sería muy imprudente que le vieran allí, mientras Don Noel hace todo lo posible para sacarle de allí sin que le vean, el enamorado y romántico pirata asegura a su esposa que volverá otro día para verla, pero la joven le ruega que no lo haga, tiene miedo de que le capturen, su esposo sonrie y le dice que está firmemente decidido a volver a verla. Aimée está explicando a su madre que fue una víctima de los amigos del pirata que la tomaron como rehen, y le confiesa quee espera un hijo de su esposo Andrés, por lo que le ruega a su madre que interceda por ella y le permitan volver con su esposo.
    Doña Sofía convence a Andrés para que deje regresar a Aimée, con la idea de que si en verdad el niño es de su hijo, se críe en el hogar que le pertenece, Andrés accede para salvar las apariencias, aunque evita cualquier acercamiento con ella.
    don Noel busca en Mónica una confidente, y le explica su historia de amor con Amanda, la joven que ha escuchado su relato enternecida, le invita a que no renuncie a luchar por la mujer que ama, el bondadoso abogado hace caso de su amiga y le hace llegar un mensaje a Amanda, ésta aprovecha una de las ausencias de su cuñado para reunirse con su amor de juventud, tan tensos y nerviosos están que se limitan a conversar aunque los dos desearían abrazarse, ella explica que en todos estos años no le ha podido olvidar, aunque no tiene queja del hombre que fue su esposo, nunca ha dejado de amar a Don Noel, el abogado le pide que le hable de Mariana...su hija. Se despiden con la tristeza de que su amor no podrá volver, que el tiempo pasado les ha separado para siempre.
    Poco después es Mónica la que acude a ver al Juez Romero, su corazón de esposa terriblemente enamorada la induce a pedir misericordia por su esposo, la joven apela a la honradez y la rectitud del juez.
    Una noche, vuelve la pasión a la habitación de Mónica, como ya le prometiera su esposo, y con la misma ansiedad e intensidad que la primera vez, los jóvenes se entregan a la pasión aún a pesar de la preocupación de la joven por la herida de su amado, él con una sonrisa le dice que está mucho mejor y que está dispuesto a demostrárselo, y claro que se lo demuestra, Mónica vive una noche de pasión y disfruta de cada segundo que pasan juntos, de nuevo llega el amanecer y la despedida no se hace demorar, Juan quisiera llevar con él a su esposa pero quiere tener la cabeza bien fría y con ella no podría porque estaría todo el tiempo preocupado de que le pasara algo. Pero antes de volver a huir, el pirata le pide a su esposa que vaya al día siguiente a la misa que se celebrará...
    La joven acude intrigada y allí se encuentra con que su pirata se presenta delante de todos y proclama que sigue vivo y que está dispuesto a luchar por su inocencia.
    Las murmuraciones son intensas y la madre de Andrés maldice la suerte del joven pirata, Alberto la tranquiliza diciéndole que el honor de la familia está a salvo pues se han encargado de propagar que Aimée fue secuestrada.
    Ajenos a todo esto, Juan y Mónica viven de su felicidad, noche tras noche el pirata visita a su querida esposa y juntos olvidan por unos momentos todo el daño que tienen alrededor, para centrarse en disfrutar de su vida en común.
    La alcoba de Mónica, es el escenario de su amor, y el lugar donde sus conversaciones se vuelven más intimas, están convencidos de que sus problemas pronto tendrán fin, y que podrán comenzar a fundar una familia que tanta ilusión les haría a ambos.
    Andrés al enterarse de que su hermano vive, piensa en el modo de vengarse de él, y acude a Don Noel para que concierte un duelo contra Juan, y para ello secuestra a Serafín y amenaza con llevarlo a la justicia si Juan no accede.
    Mónica teme por la vida de su amado porque aunque el es diestro con las armas, Andrés también estuvo en el ejercito, además, si llegara a disparar contra su hermano, Juan jamás podría vivir en paz.....Los amantes llegan al acuerdo de no volver a hablar sobre el tema, Juan confia en la suerte que ha tenido al encontrar a una mujer como Mónica, y la joven no puede apartar de su mente la idea de dos hermanos apuntándose con el arma, pero intenta hacer feliz a su marido y no hablar de la pena que le embriaga el alma.... juntos rezan por que todo salga bien.

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    CAPITULO 9
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    Andrés llega a la conclusión de que es mejor no pensar en su adúltera esposa y poner los ojos en otra joven, la elegida es Juanita, sobrina de Bautista y criada de Doña Sofía, a la que convierte en su amante, con la que disfruta de bellas noches de amor, una de esas noches Aimée los sorprende y no tarda en hacer correr la voz por la hacienda, la madre de Andrés acude a Doña Catalina para exigirle que haga callar a su hija, además para enfadar más a la joven, se encarga de que la amante de su hijo esté vestida como corresponde, por lo que le regala muchos de los hermosos trajes que ella tenía de joven.
    Doña Sofía tiene otra preocupación mayor, en su día le había entregado la carta que escribió su esposo antes de morir a su capataz Bautista, pero ahora que las relaciones se han enfriado y deteriorado mucho, esto le supone un riesgo muy grande para ella, ya que el rencoroso capataz le ha entregado la carta a Guadalupe para que se la guarde bajo llave, y Guadalupe aprovecha esta circunstancia para abrir el sobre y descubrir de este modo la auténtica identidad de Juan del Diablo. Otro dolor tiene Doña Sofía, su hijo no quiere dar marcha atrás al enfrentamiento armado con su hermano, y su corazón de madre sufre por lo que le pueda pasar. Por su parte Andrés disfruta imaginando a su hermano Juan con un disparo en la cabeza, disparo que irá cargado de todo su odio, el día que ambos se batan en duelo. Sólo Aimée disfruta de esta situación, en realidad la joven, no ve la hora de que llegue el día del duelo, para verse libre de su esposo, así ya no tendrá trabas para correr a los brazos de Juan.
    Con el amanecer llega el tan temido día del duelo, Juan ruega a Don Noel que jamás abandone a su amada esposa, pide a su amigo que si la muerte le llega procure alejar a Mónica de San Pedro y de las murmuraciones de la gente, sobre todo si su esposa estuviera esperando un bebé ya que no desearía por nada del mundo que su hijito naciera entre tanto odio, con esta promesa y más tranquilo su corazón se despide y se abraza emocionado al hombre al que considera como el padre que nunca tuvo. Mónica se despide de su esposo procurando no llorar ni suplicar, ella comprende que su pirata necesita de toda la entereza del mundo para afrontar lo que se le viene encima: batirse con su propio hermano, por ello le besa y le abraza con mucha ternura, pero cuando se queda sola, da rienda suelta a sus emociones, esperando con angustia la vuelta a casa de su amor.
    En un paraje alejado del pueblo y acompañados de sus padrinos, llegan Andrés y Juan, que como manda el código se alejan contando unos pasos, se dan la vuelta y las miradas lo dicen todo: un corazón cargado de odio es el compañero de Andrés, un corazón enamorado el de Juan. Andrés dispara primero, pero el alcohol que fue su compañero la noche anterior, hace mella en la temblorosa mano del joven y falla el tiro, según el código ahora tendrían que disparar Juan, que se niega en rotundo a disparar contra su hermano, Andrés no tiene miramientos hacia las reglas y se las salta, volviendo a intentarlo de nuevo, ahora si que Juan dispara, pero apunta hacia la mano de su hermano, haciendo que al herirle tenga que soltar la pistola, de ese modo, Juan da por terminado el duelo, se marcha sin despedirse, mientras Andrés está en el suelo maldiciendo su suerte y deseando que su hermano lo hubiera matado.
    El pirata vuelve rápidamente a su casa, dónde una intranquilísima y temblorosa esposa le está esperando, al verlo, Mónica le abraza y le cubre de besos, después de demostrarse su amor y su alegría por no haber un resultado fatal, los jóvenes esposos conversan, Mónica cree que ahora todos los enfrentamientos entre hermanos se han acabado, pero Juan no está tan seguro, y por desgracia tiene razón en pensar eso ya que al poco tiempo Don Noel le entrega a Juan de parte de Andrés la noticia de que éste no piensa liberar al joven Serafín, la noticia horroriza a la joven esposa, y Juan comprende con gran tristeza que aquello que un día le prometió a su esposa: tranquilidad y una vida llena de serenidad no lo está pudiendo cumplir, sus pensamientos se inundan de reproches, cuando recuerda como calmaba a su amada con ideas como que la iba a hacer la mujer más feliz del mundo, hasta ahora la joven sólo ha vivido tristezas y ella no ha nacido para eso, Juan habla de esto con su dulce Mónica que le resta importancia y le dice que ella le ama en lo bueno y en lo malo, y que siempre estará a su lado afrontando lo que el destino les depare.


    CAPITULO 10
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    El juez Romero encarcela a El Tuerto por el asesinato de Espíndola y Juan sabe que el único que puede salvarle es él, no puede dejar a su amigo en tan fatal trance, ya que el dueño de una taberna de tan dudosa reputación como es la de El Tuerto, no podrá zafarse de la justicia tan fácilmente, así que decide de una vez por todas entregarse a la justicia, en la plena confianza en un juicio justo, Mónica le escucha aterrada, invitándole a que tomen las cosas de otra forma, que ya entre los dos encontrarán otra solución, para Juan no hay otro modo, conoce muy bien ese mundo, y sabe que para su amigo no habrá justicia, y no los puede dejar allí, porque ellos siempre han estado a su lado, ahora le toca a él, dar la cara, desecha en lágrimas Mónica le dice que no soportaría otra vez la idea de verle entre rejas, pero Juan la tranquiliza diciéndole que no tendrá que pasar por un suplicio semejante. Poco se imagina Mónica, la triste determinación que ha tomado su esposo: Juan toma la decisión más dura de su vida: Abandonar a su amadísima esposa. Con el corazón desecho Juan busca a la madre de Mónica, a la que entrega una fuerte suma de dinero para que le venda su casa, así se asegura de que Mónica tenga que irse de allí, puesto que su casa ahora está ocupada por la familia del juez. Doña Catalina acepta de muy buen grado pues no es santo de su devoción el pirata, así ve sus problemas resueltos, por un lado se deshace de su yerno, y por otro la fuerte suma que le ha dado la hará vivir cómodamente. En uno de los momentos más tristes de su vida, Juan habla con Mónica a la que comunica que abandona, con lágrimas en los ojos, la torturada esposa le ruega y suplica que no la abandone, que ella a su lado soportará todo lo que les venga, pero Juan no atiende a razones, sólo le importa que ella no sufra, aunque no se da cuenta de que su esposa sufre mucho más estando separada de él. Mónica va detrás de su esposo, ella no puede vivir sin él, y la sola idea de no verle más le causa un dolor más profundo que la propia muerte. A pesar del miedo que la embriaga, la resuelta joven sale al campo a buscar el refugio de los piratas, mientras el camino se le hace eterno, Mónica piensa en que ha podido fallarle a su esposo para que tomara esta determinación, la joven no imagina el sufrimiento interior que tiene su esposo. Ella cree que todo esto es porque ella se estaba quejando y piensa que quizás le haya dado a entender a su esposo que ella no podía seguir viviendo así.
    Cuando llega al refugio de los piratas, los ojos de su marido se iluminan y su amor y admiración por lo que ha hecho su esposa son más grandes que nunca, aunque sabe que la única forma de frenarla es tratarla con desprecio delante de sus amigos.
    Mónica que está luchando por no llorar, no puede evitar hacerlo cuando Juan en vez de abrazarla y amarla, le reprocha que vendiera su barco a Andrés, el pirata haciendo acopio de todas sus fuerzas y guiado por el inmenso amor que le tiene, intenta fingir un odio por la chica que está muy lejos de sentir, y le hace tantos reproches que al final la joven no tiene mas remedio que emprender sola el regreso a casa, con el corazón partido.
    Aimée como siempre está armando alguna, en esta ocasión y para llamar la atención manda ensillar un caballo sin observar que está en avanzado estado de gestación y que ella no está capacitada para llevar un caballo, el capataz le ensilla el caballo más veloz y terco del establo, pronto se dará cuenta la joven de su error, pero ya es demasiado tarde, el salvaje caballo emprende un peligroso galope que Aimée no puede controlar.
    Mónica a solas con sus pensamientos, no se da cuenta de que un caballo viene a echársele encima, hasta que al final le oye relinchar y frenando en seco, ve como el caballo tira a su montura, que no es otra que la alocada de su hermana Aimée, que cae golpeándose la cabeza contra el suelo. Mónica asustada corre a pedir ayuda, ya que al fuerte golpe se añade el avanzado embarazo de la joven a la que su madre ya intenta calmar con dulces palabras.
    El médico de la familia se prepara para darles una mala noticia: No hay nada que hacer, Aimée ha sufrido un golpe tan fuerte, que sus órganos debido a su embarazo, no pueden soportar los terribles daños sufridos, Mónica se siente responsable del terrible desenlace que esto tiene, mientras Aimée que despierta poco a poco, se da cuenta de que se está muriendo, pero no está dispuesta a irse sin atormentar a su hermana, a la que culpa del accidente y hace prometer que no volverá al lado de Juan, Mónica se lo promete, y Aimée orgullosa de haberse salido con la suya expira con una sonrisa en los labios, sólo Lupe la criada de los Romero es capaz de ofrecerle serenidad ya que le quita toda responsabilidad a Mónica asegurandole que Aimée salió a caballo para sufrir un accidente que provocara en Andrés el mismo sentimiento de culpa que ahora tiene Mónica, ésta piensa que su hermana fue víctima de un destino al que tentó muchas veces....
    Poco tiempo después del entierro de Aimée, Mónica decide dejar San Pedro e irse a la capital, su madre aunque protesta, la acompaña y se instalan en casa de su prima Dolores. Su esposo Juan aunque permanece alejado de ella, lo sabe todo, y se ofrece a pasarles una pensión para que nada les falte, pero la dulce Mónica sólo quería su amor, no su dinero que rechaza orgullosa.
    No todo son malas noticias en San Pedro, porque Amanda ha decidido contarle a su hija toda la verdad, así Don Noel se encuentra con una joven que irrumpe en su despacho para abrazarle y llamarle papá, aunque esta alegría se ve aumentada cuando le comunican que ha ganado el caso y que ha podido demostrar que Juan es inocente de los crímenes que se le imputaban, pudiendo salir de la cárcel.
    Mientras Andrés intenta despojar a su hermano de los apellidos que le pertenecen, para ello acude a su madre, que pide a Bautista la carta que le entregó, el capataz lejos de entregarla, se la da al padre Domingo al que obliga a guardarle el sobre y que no se lo entregue a nadie. Pero Juan harto y cansado de todo, renuncia a unos apellidos que lo único que han hecho es darles problemas, así cree que será mejor para todos.
    Pero Mónica lo toma como un desprecio y como un síntoma de que Juan ya no quiere saber nada de ellos, mientras sigue haciendo bordados para ganar un poco de dinero.
    Como la joven cree que su esposo quiere divorciarse, se le adelanta e inicia los trámites de su divorcio. La noticia es bien acogida por Doña Catalina, que ve así la forma de poder casar a su hija Mónica con Andrés, pero Mónica le advierte muy seriamente a su madre que vaya quitándose esa idea de la cabeza, ella no quiere saber nada de los hombres...
    Mientras, Mariana la hija de Don Noel, se ha enamorado locamente del pirata amigo de su padre, Juan por su parte y por respeto a su amigo, trata a la joven con cortesia y con la mayor educación, gesto que la jovencita interpreta como un síntoma de amor sincero. En cambio Amanda le dice a su hija que deje de perseguir a Juan recordándole que éste está enamorado de su esposa.
    Andrés que se entera de todo esto parece que le falta tiempo para enviar a Alberto a que le cuente a Mónica "los amores de su esposo con Mariana", la joven esposa siente unos celos increibles al saber a su pirata con otra mujer, pero también Juan los siente cuando Mariana le dice que su esposa ha iniciado los trámites de divorcio de él. Andrés ante la próxima llegada de Mónica, no duda en advertirle a su hermano de que si se acerca a ella, no dudará en dispararle. El pirata le responde con el mismo desprecio que su hermano le trata, que jamás va a renunciar a recuperar el amor de su adorada esposa...
    Guadalupe aprovecha la situación y le propone a Azucena un trato: sólo entregará a Juan el documento que justifica sus orígenes si la joven accede a entregarse a él, la chica se lo cuenta a su enamorado Joaquín que sin perdida de tiempo se pone en contacto con Don Noel, éste ante el cariz que están tomando los hechos, se presenta junto con Juan ante Guadalupe. Juan está deseando poder recuperar sus apellidos, sabe que es posiblemente el único modo de evitar la anulación de su matrimonio, por ello lucha contra Guadalupe al que asegura que por muy importante que ese documento sea para su futura vida, no va a consentir que su protegida se entregue a él, pero la joven no espera a recibir permiso de Juan, y se escapa para ir con Guadalupe, aunque este no le entregará el documento hasta que dé a luz.
    Mónica se ha instalado ya en la finca de Andrés, siendo éste el único sitio al que pueden ir, y Juan sin hacer caso de las amenazas de su hermano, mantiene una férrea vigilancia para poder ver a su amada esposa a la que está deseando estrechar en sus brazos y besar..
    Un día y cansada de tanto encierro Mónica decide que tiene que salir a hacer compras, y Andrés se empeña en ir con ella, Juan que los ve, los sigue, comprobando que su esposa aunque está más bella que nunca, no puede disimular un halo de tristeza en sus ojos, se acerca a ella y la llama, pero Mónica asombrada solo acierta a decirle que la deje en paz, alejandose, y dejando al pirata sumido en la depresión.
    Para Don Noel es también tiempo de tristeza, Amanda ha descubierto que su cuñado no es tan rudo como aparenta, ya que en un acto de sinceridad le cuenta que el nacio como consecuencia de una violación, y que por eso su odio hacia el hermano "legal", por ello pide perdón a Amanda y reconoce que todo su cambio es consecuencia de que está profundamente enamorado de Mariana, Amanda comprensiva le dice que ahora lo dificil será sacar del corazón de su hija a Juan.
    Una noche Mónica siente como una mano le tapa con suavidad su boca y descubre que es su esposo que le ruega que salgan de la habitación que comparte con Dolores para poder hablar, Mónica temerosa de que su prima se despierte, accede a ir al salón. La joven reprocha a su esposo que la alejara de su lado, cuando están hablando, se presenta ante ellos un encolerizado Andrés que la emprende a golpes contra su hermano, Mónica intenta separarlos, pero es incapaz, con ese griterío Bautista se persona allí y apunta con su arma a Juan, Mónica que le ve, se interpone delante de su amado y la bala termina hiriéndola a ella., Juan que ve que su esposa es herida, la toma en sus brazos, y gritando pide un médico, Mónica para evitar mas problemas le pide que salga de allí ya que han llamado al juez para que decida si Juan puede ser acusado de allanamiento de morada, la joven dice que fue ella quien pidió a su esposo que fuera a buscarla.
    Repuesta y cansada de luchar contra todo y contra todos, Mónica se va a vivir a un cuartito alquilado...sola, pero cuando se entera de que Azucena está de parto, corre a ayudarla aunque la chica esté viviendo en la casa que un día fue de su matrimonio. Juan que se entera de que su dulce esposa está allí le falta tiempo para bajar a verla y aprovechando un momento en que están solos, los esposos sienten unos irreprimibles deseos de besarse, sólo la llegada de Meche interrumpe un momento mágico entre los dos.
    Juan que ahora si está absolutamente convencido de que su esposa aún lo ama, una noche irrumpe en su habitación y la despierta con sus besos y caricias, la joven no puede ocultar más sus sentimientos y se deja llevar por la pasión haciendo que la noche se alargue lo más posible, abrazados los jóvenes hablan de lo bonito que sería su vida si pudieran vivir como lo que son: un matrimonio enamorado, pero siempre se les interpone el mismo obstáculo: su hermano Andrés.
    Juan sabedor de que sólo el recuperar sus apellidos legales, invalidaría la anulación de su matrimonio, hace todo lo posible junto a sus hombres para conseguirlo, pero está lejos de saber lo que le acaba de suceder a su esposa:
    un enfurecido Andrés irrumpe en su cuarto, borracho y pestilente intenta forzar a Mónica para que sea suya, las súplicas de la chica no bastan para frenar sus bajos instintos, hasta que la ve llorando, entonces desiste de seguir...pero la amenaza con que si vuelve con Juan, es capaz de decirle que ese día hicieron el amor y que Mónica ha sido suya, la joven siente morir ya que comprende que jamás podrá vivir en paz con su amor.
    Doña Prudencia, la dueña del cuarto que alquiló Mónica se queja a Juan de que su esposa recibe visitas como las del otro día con un Andrés tremendamente borracho, Juan oye eso con recelo, y espera a que su esposa llegue para preguntarle, la joven nerviosa inventa mil y una escusas que no convencen a su esposo, Juan la pide que regrese a casa pero la joven le recuerda que aún no tienen los papeles, Juan se va dando cuenta del nerviosismo que se apodera de la joven, piensa que pasaría con Andrés esa noche... entonces el joven ya enfadado le dice a su esposa que pasará la noche en la taberna, la joven sin poder evitarlo le abofetea, pero al final accede a la petición de Juan que le jura que la sacará de allí por la fuerza.
    La noche Juan la pasa fuera como prometió y a la mañana siguiente entrega a su esposa el documento que lo declara hijo legítimo y que le reinstaura sus apellidos y su matrimonio. Pero Mónica no logra relajarse con su esposo, la amenaza de Andrés pesa como una losa en el corazón de la joven. Los días pasan con una calma tensa, que no hace sino producir una fuerte desazón en la ya pareja legal, Juan achaca esa desazón a la visita que recibió su esposa, y Mónica solo le pide que se olvide de las rencillas con su hermano, Juan tomándole la mano le promete que cumplirá sus deseos. Juan tiene que viajar para terminar de arreglar unos asuntos y sobre todo para comprar un barco nuevo, Mónica que está deseando ir con él, comprende que no puede dejar sola a su madre en la casa, y declina el ofrecimiento.
    A solas con Don Noel Mónica se sincera y le cuenta el encuentro fatídico con Andrés, el abogado tiene un plan que propone a la desdichada joven. El abogado intenta hacerle creer a Andrés que los jovenes esposos están separados, si es preciso harán hasta un viaje. La idea de que todo se arreglará producen en la joven un cambio radical, esa noche recibe a su esposo con la mejor de las sonrisas, incluso dispone las cosas en la casa como la mejor de las anfitrionas, Juan que está demasiado contento como para preguntar, se deja llevar. La joven le pide una cómoda para la habitación y Juan pregunta que dónde dormirá él, ella picara le dice que con ella, en ese momento Juan deja los cubiertos y tomándola de la mano le dice que ya no tiene ganas de comer...
    En la intimidad de su cuarto disfrutan de una sabrosa reconciliación que sólo hace inundar sus corazones de un amor que temian olvidado. Juan le confia sus temores a viajar por las consecuencias que tuvo el primer viaje que hizo, ella le resta gravedad al asunto y le dice que si lo desea puede encadenarla con grilletes a la pata de la cama, Juan sonrie ante tal picardia y le dice que no le tiente. Se despiden con un beso largo.

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    CAPITULO 11
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    La felicidad que sienten los esposos embarga a todos los de la casa, que se dejan llevar también por sus sentimientos:
    Joaquin con Azucena, y El Tuerto que le pide relaciones a Meche.
    También el juez Romero se anima a hablar de amor a Mariana que habiendo hablado con su madre comprende la diferencia entre el amor de mujer que siente por el juez y el enamoramiento juvenil de un hombre como el pirata.
    El único rescollo queda entre Don Noel y Amanda ya que ninguno de los dos se anima a dar el primer paso.
    Los días antes de la partida Juan y Mónica viven su amor como nunca lo habían podido hacer nunca, y Juan en un acto de amor hacia su esposa, quita la denuncia que había contra su hermano por ocultar los documentos sabiendo como sabia que era un auténtico Alcázar.
    Mónica toma la noticia con dicha profunda pero le recuerda a su esposo que Andrés aún acecha, Juan tomándole su rostro con sus manos le asegura que lo único que le causa mayor dolor a él es su tristeza.
    A bordo de un barco que alquilan Juan parte no sin antes pedir a sus amigos que le cuiden la casa y sobre todo su mas preciado bien: su esposa.
    Mónica y Don Noel se apuran a poner en marcha su plan pues no saben cuando regresará Juan, así Mónica pide a Dolores que le ayude, la buena mujer encantada ayuda haciendo creer a Juan que Mónica se ha marchado y ha dejado a Juan para siempre.
    Juan que no puede estar separado de su esposa, lo acelera todo para volver a casa, compra un gran barco al que bautiza como Santa Mónica en honor de su esposa.
    Y al llegar a su cuarto Juan comprueba que su esposa está doblando el vestido para irse a acostar. Con la profunda pasión que cuando está con ella se desborda, los jóvenes disfrutan de su amor entre las suaves sábanas de seda.
    Andrés ha descubierto que le han mentido, y que su prima está con Juan, y exige a Juan que vaya a verse con él, noticia que recibe cuando le coloca a su esposa un bellísimo colgante que compró para ella. Ni todos los ruegos ni suplicas de Mónica logran que los dos hombres no se enfrenten, nada parece impedir que Andrés se complazca en decirle a su hermano que tuvo a su mujer en la cama con él. Pero el terror vuelve a San Pedro cuando un fuertísimo temblor mueve los cimientos de la casa. En pocos segundos la casa de Andrés se viene abajo, en cuanto para el temblor Juan corre a comprobar que su hermano está vivo, de ese modo salva la vida al hombre que acaba de destrozarle el corazón noble del pirata, que corre a su casa a buscar a su esposa, que a duras penas es capaz de salir de entre los escombros de la casa. Andrés magullado comprueba entonces la grandeza de corazón de su hermano. Juan entra como loco en su casa destruida casi por completo, y gritando el nombre de su amada esposa no encuentra respuesta, siente que se muere de pena, Tehua en una cabañita cuida con mimo las heridas de Mónica y mientras la reconoce, comprueba que la joven está esperando un bebé. Un día se despierta y al verse sola la joven comienza a caminar sin saber que el mareo que tiene es debido a un embarazo, mientras Juan no deja de mirar al mar, en la confianza de que sus olas le devuelvan a su esposa, el capataz pretende cobrarse su venganza, y junto a sus hombres toman a un destruido Juan para maniatarlo y arrojarlo al agua, con lo que no cuentan que Mónica desde otro lado lo ha visto todo, y sin pensárselo dos veces la joven se arroja al mar a rescatar a su esposo, sin embargo el joven marino logra zafarse de las cuerdas y ya nada hacia la superficie, donde se encuentra con su esposa, para juntos y abrazados salir de las aguas, Mientras todos en el pueblo se lamentan de la pérdida de sus seres queridos, Catalina llora por una hija que cree muerta, así como Sofía cree que Andrés también ha perecido, Juan se lleva a su esposa a su casa de cuando se casaron que ya está deshabitada y allí vela su sueño, que solo Don Noel es capaz de apartarle de la cama para que cure sus propias heridas.
    Juan le cuenta que ha llegado a saber que Mónica está embarazada, y le cuenta con tristeza lo que Andrés le dijo, el abogado le insiste en que es mentira pero Juan proclama que es igual, que no le importa nada salvo el amor a Mónica a la que quiere por encima de todas las cosas.
    Los días pasan y la joven se siente feliz y contenta ante la noticia de que va a ser mamá, radiante se presenta ante su pirata al que le comunica la noticia, el joven finge sorpresa y asegura su felicidad ante su esposa, en esto llega Don Noel y cuando Juan cree que su esposa no le oye, este le jura al abogado que se va a convencer de que ese hijo es suyo, al oír esto Mónica cae al suelo desmayada, cuando se recupera la joven le insiste en la mentira de Andrés, Juan le jura que la cree. Mientras pasan los días, y por fin se hacen los preparativos para las bodas de los amigos de Juan, y también para el de Amanda y Don Noel que por fin se han decidido, en estos preparativos están cuando suena el timbre y un compungido Andrés se presenta en la casa, con lágrimas en los ojos le dice a Juan que todo fue una mentira que él inventó, pero le ruega que no le odie y le llama hermano, Juan emocionado al oírle llamarle así, abraza a su hermano y le desea una dicha tan grande como la que el tiene.
    Mónica sonríe feliz al ver que la unión vuelve entre los hermanos, y así a solas en el acantilado que les hizo conocerse, contemplan el atardecer, allí Juan le dice a su esposa que aunque no hubiera sabido nunca la verdad, no necesitaba de ninguna explicación para comprobar su amor. La brisa mueve el vestido y el pelo de Mónica, y Juan sonríe tremendamente feliz de tener una esposa tan valiente y decidida a su lado, con un tremendo abrazo y un apasionado beso estos jóvenes emprenden su dicha juntos....

    FIN

    Edited by allodola29 - 19/3/2011, 01:21
     
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  2. Alicekicca_The_BeSt
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    Grazie mille Allodola!!
    Sono sempre molto utili questi riassunti!!
    :baci:
     
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  3. Renzy
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    Grazie... :)
     
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  4. lorena brizi
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    questa é una delle telenovele che non mi stanco mai di rivedere! é bellissima!
     
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  5. marik =)
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    grazie cara x i riassunti!
     
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  6. poppi.76
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    Mi hanno detto che questa telenovelas è molto bella, se è come la forza del desiderio merita.
     
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  7. Renzy
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    Secondo me e i parerei della gente, è molto più bella della forza del desiderio, ti consiglio di guardarla.... ti lascierà nel cuore qualcosa che non si potrà mai cancellare, qualcosa di indelebile.
     
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  8. poppi.76
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    La penso come te renzy... :piacere:
     
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  9. spinn71
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    anch'io mi aggiungo al coro è molto bella....
     
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  10. poppi.76
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    Comunque per quello che ho sentito da voi anche cuore selvaggo deve essere bella.
     
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  11. spinn71
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    Sì ti cosiglio di guardarla ne rimarrai incantata ne sono sicura..ciao
     
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  12. Renzy
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    CITAZIONE (poppi.76 @ 13/3/2011, 14:42) 
    La penso come te renzy... :piacere:

    :piacere:
     
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  13. lorena brizi
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    é secondo me una tra le migliori telenovele di tutti i tempi! la versione con eduardo e edith! fa sempre piacere rivederla!
     
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  14. Renzy
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    Bhe penso che non si potrà mai sostituire
     
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  15. amaliana
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    concordo quella di palomo è la versione migliore...!!!!
     
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25 replies since 2/2/2011, 00:50   577 views
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